Asma y embarazo, dos escenarios a cuidar

Es bastante común que existan complicaciones del asma durante el embarazo, unas veces por empeoramiento de la propia  enfermedad durante este periodo, y otras veces porque las asmáticas embarazadas infratratan su asma por temor a los efectos secundarios de los medicamentos y se termina suspendiendo el tratamiento de mantenimiento. También, los riesgos de sufrimiento fetal agudo y crónico guardan una estrecha relación con el control de la enfermedad durante la gestación, por lo que es imprescindible realizar un correcto diagnóstico y ajustar el tratamiento en función de las necesidades de la embarazada durante todo el periodo gestacional, lo que condiciona un mejor pronóstico peri y posnatal.

Los últimos estudios sugieren que entre 4% al 8% de embarazadas están afectadas por asma. El asma aumenta el riesgo de bajo peso al nacer, prematuridad, preeclampsia y aumento de la mortalidad perinatal. Estas

complicaciones afectan sobre todo a mujeres con asma mal controlada o con un mayor nivel de gravedad. Por otra parte, las principales causas de exacerbación del asma son las infecciones virales y la mala adherencia a los corticoides inhalados. Los corticoides inhalados reducen el riesgo de exacerbación durante el embarazo, controlando adecuadamente el asma. Para la Dra. Moragón, miembro de SEPAR “es preocupante que cerca del 40% de las asmáticas mal controladas sólo usen medicación de rescate y no un tratamiento continuo.”

Las embarazada también pueden ayudar a mejorar el curso del asma durante la gestación con una dieta saludable, reduciendo el estrés, evitando la exposición a la contaminación y sobre todo sin fumar ni exponerse al humo del tabaco, el factor de riesgo más importante y su vez el más fácil de evitar.

Puedes conocer la experiencia de Beatriz en el video sobre asma y embarazo de nuestra videoteca.